Poesía; literatura; reflexiones; cultura

Crepúsculo

Celebro el regalo del atardecer
y sus iridiscencias.
Hay un mar de nubes cárdenas
adornando el arrebolado cielo.

Abro mis ventanas de par en par,
permito que vuelen en libertad
aquellas golondrinas
que un día anidaron en mi pecho.

Charcos de luz en el crepúsculo
traen alondras a mi balcón.
y su alegre canto me sugiere
el nacimiento de la alborada.

Un renacer de vida plena
en algún lugar donde la belleza
ocupe el ilimitado espacio
donde ocurre la vida.

Eva García Madueño.

Poesía; literatura; reflexiones; cultura

Relámpagos

El relámpago parpadea.
El silencio se quiebra en pedazos
como frágil cristal y sus fragmentos
rasgan la carne hasta hacerla sangrar.

La sangre estalla fuera
de las arterias y se infecta
antes de llegar a coagularse.
Un penetrante olor acre -antiseptico-

se apodera del aire

La vida se tiñe de púrpura
y la muerte reclama su parte
del contrato firmado a fuego
en los inicios del tiempo.

El corazón bombea con fuerza
tratando de mantener intacto
el latido, durante la última batalla,
aquella en la que sólo los más fuertes

sobrevivirán.

Eva García Madueño

Poesía; literatura; reflexiones; cultura

Amor de pan

«Admiro a los amigos que hacen pan
y los cuido y protejo con conjuros»
-Ben Clark-

Yo no quiero un amor de trapo,
quiero un amor de pan.
Pan de trigo sarraceno, amasado
con ternura y al punto justo de sal.

Un amor repleto de amaneceres,
con aroma a primavera incipiente,
calor de ropa recién planchada,
sabor a dulces de Navidad.

Amor de miradas trasparentes,
de girasoles al atardecer,
de raíces extendidas como brazos
que anidan en las entrañas del tiempo.

Amor de tierra mojada, de besanas
abonadas en el albor del otoño,
de pieles que se encuentran en silencio,
pieles que se besan y se estremecen.

Amor de pan, sólido y generoso.
Resplandor de luciérnagas
que ilumina el camino
en las noches sin luna.

Pan de vida y hogar.

Eva G.

Poesía; literatura; reflexiones; cultura

Luna

Hay espacios ocupados por almas,
blancas almas que a su paso generan
un calor luminoso.

Traspasan el aroma de su esencia
e impregnan las estancias habitadas
con su inmensa bondad.

Son almas que al pasar
acarician suavemente con sus alas
cuando la ausencia rasga las entrañas.

Almas que te acompañan en silencio
almas blancas que eternas encienden
antorchas, se hacen luz en el camino
y ocupan un espacio sagrado

en el tránsito infinito
hacia la eternidad.

Eva G.